Columna
Pablo Méndez
Afortunadamente, hoy es común conocer verdad sobre múltiples mentiras de políticos.
En Estados Unidos se acaba de informar el arresto del congresista republicano George Santos por 13 cargos, incluyendo fraude y lavado de dinero, por lo que de ser encontrado culpable podría alcanzar una pena de 20 años de cárcel.
Se trata de un sujeto que para escalar políticamente construyó un infinito castillo de mentiras, presentándose como ejemplo perfecto del sueño americano. La mayor parte de su biografía es falsa. Lo grave son sus delitos de fraude.
El tema viene a colación porque en México y, particularmente en San Luis Potosí, tenemos políticos y servidores públicos federales, estatales y municipales con un amplio historial delictivo.
La mentira siempre ha sido una herramienta escondida de los políticos, sin embargo, actualmente se usa como instrumento esencial. Y no pasa nada.