UNA TURBA DESTRUYE EL PAÍS

Pablo Méndez

Editorial

Andrés Manuel López Obrador construyó su movimiento en base a la confrontación, la mentira y narrativa fantasiosa. Mantuvo latente la protesta en las calles gracias al dinero que le daban los panistas y priistas.

Cuando llegó al gobierno muchos pensaron que no serían alcanzados por las acciones vengativas y rencorosas del tabasqueño. Nadie dijo nada, nadie hizo nada.

López Obrador fue agarrando uno a uno de los sectores a quienes debía cobrar supuestas deudas y agravios del pasado, fantasías que solo existen en su mente.

A punto de terminar gobierno, el mandatario no acaba de saciar su hambre de venganza. Todavía le queda el Poder Judicial. Ya contagiados, sus seguidores están dispuestos a lapidar y destruir lo que el llamado peje pida.