Durante muchos años Claudia Sheinbaum y muchos de los dirigentes de la autoritaria auto denominada cuarta transformación, enfrentaban con valentía y vandalismo al oficialismo en cualquier recinto.
Sin embargo, hoy sufren frente a cualquier situación o escenario que pudiera alterar su paz mental y política. Por ejemplo, el expresidente Andrés Manuel López Obrador se negó a reunirse con los afectados por el huracán Otis en Guerrero, con el argumento de que no quería poner en riesgo la investidura presidencial.
Ahora, no obstante que poseen una mayoría aplastante de Morena y aliado en el Senado, la presidenta Claudia Sheinbaum se negó acudir para entregar medalla “Belisario Dominguez”, con el mismo argumento de que no hay condiciones de respeto a su investidura. Perdieron actitud valiente, pero mantienen vandalismo para no respetar la ley.
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