Los “inconformes” de la Benemérita Normal del Estado aceptaron la imposición de Juan Manuel Guel Rodríguez como director, a cambio de dos condiciones vergonzosas.
La primera de esas condiciones es que al destituido director Francisco Hernández Ortiz le van a dar “una cartera de responsabilidad”, que representa en realidad que su lucha era por un hueso y no en contra de una imposición del auto nombrado Ricardo Gallardo.
La segunda condición es que Gallardo no ejecutará acciones de represalia en contra de quienes llevaron a cabo la movilización, lo que significa que se reconoce que los delitos que implican una represalia existen, y hasta son negociables.
En el camino, como huérfanos, quedan los ciudadanos que de repente se la creen que son reales las “luchas democráticas” de los lideres sindicales charros.