Por José Arturo González Guerrero
Si usted ha vivido en quién sabe dónde los últimos tres años, dispone ahora de muy poco tiempo para comprender los cambios que han ocurrido en México y en nuestro Estado en asuntos de salud, seguridad, empleo y economía; tendrá usted que despertar más temprano y dormir más noche para analizar las decisiones que se han tomado, las prioridades que prevalecen y las consecuencias que se observan.
Pero además, reserve un tiempo para conocer la trayectoria y la oferta de los candidatos, todos tienen sus “asegunes”, es cosa de ver bien “lo que se ve venir” con cada uno de ellos; es simple, los aspectos positivos de cada candidato lo explican ellos mismos, el lado obscuro y sórdido cada aspirante se lo dirán los candidatos oponentes.
Felizmente solo tendría que preocuparse de tres de las nueve personas que pretenden gobernar nuestro Estado, y otro criterio para decidirse es ver que le va a tocar a usted en lo personal si gana uno u otro (o por el contrario, que perdería si gana alguno de ellos); sí, así en beneficio de su interés personal, más allá de la suerte que corra nuestra entidad; las putas profesionales (que algo saben de eso) aconsejan venderse carísimas, o de plano regalarse, ¡pero jamás venderse baratas! Así que ahí usted verá.
Aunque también podría decantarse por “ir a la segura” y votar por el que lleva la delantera, y la mejor herramienta es consultar las encuestas pero, ¿Qué encuestas son confiables? Pues búsquele, una cosa es segura, entre más lejos esté la casa encuestadora de algún partido en particular, es más probable que no esté “cuchareada” y así, usted se podría preguntar ¿Qué interés podría tener un periódico español como El País, en cucharear una encuesta en favor de uno u otro partido o coalición? Vamos a ver que dice.
Pero, insisto, si en los últimos tres años usted no ha sido crítico, no ha tomado nota de lo que pasa, va a ser muy difícil que en unos cuantos días logre usted ver en blanco y negro, en alto contrataste, la realidad que se vive en México y en nuestro Estado, y por otro lado… ¡Que hueva tratar de entender el subtexto de la política!
Así que si alguien le dice: “Oye, te veo muy estúpido, ¡Yo te voy a decir por quien votar!” Hágale caso, escuche a ese buen samaritano que desinteresadamente quiere orientarle, después de todo usted ha vivido quien sabe dónde valiéndole madre todo, ¿Qué más le da otros seis años en las mismas (o peores)?
Ah! Se me olvidaba, también podría hacer un “de tin marín de do pingüe, cucara macara títere fue” entre Octavio, Mónica y El Pollo.
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