El contexto es que en una reunión navideña con diputados locales y federales el auto nombrado padrino Ricardo Gallardo tuvo la ocurrencia de regalar dos camionetas que juntas tienen un valor de casi un millón y medio de pesos en el mercado, resultando ganadores la priista Sara Rocha y el del Verde Oscar Bautista.
El hecho exhibe a un Ricardo Gallardo ignorante de la ley y a un político al que le importan un cacahuate las normas. Muestra también cómo es capaz de usar el presupuesto público, dinero de todos los potosinos, para apapachar a la oposición servil.
Y por último, la postura de la diputada del PRI Sara Rocha, cuando se ufana de haber ganado y luego cuando intenta negar el hecho, exhibe de cuerpo completo cómo la señora es incapaz de reconocer sus propios límites de actuación política y, luego, su desfachatez el intentar encubrir lo que habían hecho ella y el auto nombrado padrino Ricardo Gallardo. Una vergüenza pública que sin embargo será ignorada por esa masa que representan los llamados ahijados y, obvio, la auto llamada “oposición”.









