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Editorial

Pablo Méndez

 

 

Teníamos varios años de no saber nada del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, como si la tierra se lo hubiera tragado. Muchos suponemos que fue para alejarse de los escándalos jurídicos protagonizados por él y su familia. Reapareció en la mañanera de la presidenta Cláudia Sheinbaum.

Ahí afirmó que luego de tres meses del secuestro del narcotraficante Ismael El Mayo Zambada, el gobierno de los Estados Unidos no ha entregado un informe al gobierno de México. Acusó que está comprobado que detención de El Mayo fue un secuestro y que aunque no existe un informe, “de todas maneras va a ir saliendo”.

No pasaron muchas horas para que embajador de Estados Unidos en México Ken Salazar hiciera quedar a Gerts Manero como un mentiroso, pues aclaró que sí han tenido comunicación directamente con la Fiscalía General de la República, y mostró documentos de la comunicación, entre ellos del propio Secretario de Estados Antony Blinken.

Solo queda preguntar. A quien le creemos, ¿a los documentos oficiales americanos o, a un funcionario de la mal llamada cuarta transformación?.