Editorial
Pablo Méndez
El presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de sus diputados de Morena, están decididos aplastar cualquier mínima oposición a sus decisiones, por más arbitrarias e ilegales que estas sean.
Después de años de bloquear el nombramiento de dos magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al juez Rodrigo de la Peza López se le ocurrió actuar con responsabilidad y dar al organismo plazo de 24 horas para proponer posiciones faltantes.
Ante este acto, el presidente ordenó a la Secretaria de Gobernación perseguir de manera implacable al juez Rodrigo de la Peza, a través de una solicitud de juicio político ante la Cámara de Diputados, donde los legisladores de Morena harán lo propio.
Ya no es relevante que oposición se encuentre moral y operativamente aniquilada. El problema es que ciudadanos están inermes ante un autoritarismo que avanza decidido y sin freno.
