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    No hay día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador no subestime inteligencia de mexicanos, al vender idea de que militantes de su movimiento son personas incorruptibles, a prueba de todo, no obstante sus escándalos de corrupción y pésimos resultados como servidores públicos.

    El más reciente exabrupto son su propuesta de terna para elegir ministra de Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde las tres mujeres son abiertamente incondicionales del Presidente, cuando lo que se requiere son perfiles de juristas autónomas e independientes.

    La letanía de López Obrador para defender su arrebato autoritario es que son mujeres honestas, íntegras, incapaces de cometer una injusticia, incorruptibles, aunque en los hechos suceda lo contrario.