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Por Pablo Méndez

El debate de candidatos a gobernador nos quedó a deber. Los participantes mostraron lo que ya hemos visto en sus campañas y lo que traen como formación política y personal. Nada nuevo. En todo caso, si tuviéramos que señalar un ganador del debate, a mi juicio, sería el candidato de la coalición PRI-PAN-PRD-Conciencia Popular, Octavio Pedroza Gaytán.

La mayoría de los candidatos mostró pobreza intelectual, falta de creatividad en sus promesas de gobierno, poco rigor discursivo, falta de señalamientos duros en contra de adversarios e, incluso, algunos, mostraron un bajísimo nivel de formación personal, al recurrir a las groserías, cuales ignorantes y pendencieros.

En lo personal, esperaba que el debate fuera un momento importante para que los candidatos marcaran claramente sus diferencias. Que fueran agresivos. Por supuesto. En el entendido de mostrar porqué el candidato contrario no puede ser electo gobernador del Estado.

Alguien que medio lo hizo, fue el candidato Octavio Pedroza. Le dio un llegue a Morena y a Gallardo, al señalar que no será un mandatario de ocurrencias, en tanto que exhibió al candidato del partido Verde al recordarle que no es competencia del Gobernador hacer modificaciones en la fiscalía, ni tampoco crear una guardia civil, pues son atribuciones del Congreso del Estado. También reclamó a Gallardo que ofrezca incrementar presupuesto a la seguridad, cuando como diputado votó para disminuir dichos recursos.

Por su parte, Ricardo Gallardo, el candidato del Verde y Partido del Trabajo, insistió en la promesa de construir 5 hospitales de especialidades y en decir que va 25 puntos arriba en sus encuestas. Y un momento para recordar, dijo que iba a gobernar con huevos. Gallardo se preparó para el debate, pero, al final, hay cosas que no se pueden ocultar y enseñó el cobre.

La doctora Mónica Rangel, candidata de Morena, nadó de a muertito, prometió construir 27 nuevas preparatorias y citó que como gobernadora tendrá el apoyo del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por otro lado están los candidatos que ya no levantaron en la preferencia electoral y, por lo tanto, están lejos, a un mes de las elecciones, de dar la sorpresa. Aquí observamos lo incongruente y lo chusco.

Adrián Esper, candidato de Encuentro Solidario, insistió en denunciar la corrupción que tiene 90 años en México. Hay que recordarle que su abuelo Enrique Cárdenas fue gobernador del PRI en Tamaulipas.

Juan Carlos Machinena, candidato de Fuerza por México, refiriéndose al Prian, cuando él encarna lo que es un abusivo del sistema, de manera sistemática, desde hace muchos años.

El Tekmol, José Luis Romero Calzada, candidato de Redes Sociales, célebre por sus, por decir lo menos, locuras, fue amonestado por decir groserías.

De los candidatos independiente, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, solo podría decir que pasaron con más pena que gloria, mostrando que una candidatura al gobierno no es para improvisados.

Por Pablo Méndez Salas

Periodista Periódico REDSL