La Auditoría Superior de la Federación detectó que la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, de la actual administración del auto llamado padrino Ricardo Gallardo, estuvo pagando salarios por varios millones de pesos a 46 trabajadores que ya habían fallecido.
Al respecto el gobernador Ricardo Gallardo le echó la culpa a los empleados de la supuesta herencia maldita que laboran en la SEGE, de quienes se quejó de no avisar de las defunciones. Incluso acusó al sindicato de no ayudar mucho.
De los dos millones 500 mil pesos que se pagaron a trabajadores ya fallecidos, el gobierno del auto llamado padrino debió reintegrar 903 mil pesos a la federación, obviamente del dinero de los impuestos de los potosinos.