Banner San Luis
Banner San Luis
Banner 3
Banner 3
Banner Agencia
Banner Puff
previous arrow
next arrow

Por Pablo Méndez

 

Conocí a Juan Manuel Carreras cuando él tenía unos 29 años. Estudió su carrera en la Libre de Derecho en la Ciudad de México y regresaba a San Luis Potosí como Secretario de Desarrollo Social en la gestión interina del gobernador Gonzalo Martínez Corrala.

Era un joven muy seguro de sí mismo, impecable en su vestir, algo cortante en su trato, pero siempre respetuoso y amable.

Siendo yo reportero de un periódico local acudí a entrevista en sus oficinas en la calle de Allende. Desde que ingresabas al edificio se notaba la limpieza y disciplina. Había un orden escrupuloso.

Juan Manuel Carreras me atendió un poco impaciente, pero abierto y directo en sus respuestas. Creo que su altivez tenía que ver con que era visto como el delfín de Martínez Corbalá. Yo creo que desde entonces Carreras tenía metido en la cabeza que sería gobernador de San Luis Potosí. En ese momento tenía todo para lograrlo.

Aunque yo me consideraba un reportero crítico del PRI, principalmente por los tiempos políticos que se vivían, en lo personal me impresionó el joven Carreras. Un tipo preparado académicamente hablando, disciplinado, organizado, no vicioso y con un padrino político del tamaño de Martínez Corbalá, en tiempos del otrora poderoso Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México.

Debo decir que en mi carrera como reportero en la Ciudad de México, trabajando para Notimex y el periódico Uno Más Uno, me tocó entrevistar y cubrir eventos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador, antes de que llegaran a ser presidentes de México. Los tres me impresionaron. De los tres imaginé que sería genial que un día gobernaran al país. Solo del tercero me arrepiento haberlo imaginado.

Esta reflexión la hago frente al final del sexenio de Juan Manuel. Me parece que Carreras sigue siendo ese político organizado, disciplinado, de vestir impecable y de trato educado y respetuoso. El resumen de su gestión, de sus logros y errores, me parece que mucho tiene que ver con esas virtudes. Ni más, ni menos.

Es pertinente citar que no soy amigo del gobernador Carreras. Como periodista solo lo he saludado innumerables veces. Nunca me ha invitado a desayunar o tomar un café.

No me arrepiento de algún día imaginar que sería un buen gobernador de San Luis Potosí. Carreras deja más luces que sombras en su gestión.

El mejor juez es y será, el tiempo, porque pone a cada quien en su lugar.