Pablo Méndez
Editorial
Al tomar protesta como nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo confirmó su condición de segunda y de ser la extensión del saliente Andrés Manuel López Obrador.
Lo que parecía una gran oportunidad para por lo menos delinear lo que será su gobierno, la nueva presidenta la desaprovechó y en su lugar utilizó su gran momento para buscar enaltecer la figura de López Obrador.
Todo el discurso, todas las señales, todas las muecas, fueron para un Andrés Manuel que, incluso, no se quería retirar del estrado. Tuvo que decirle la diputada Ifigenia Martínez que era hora de salir del lugar. Penoso inicio de Claudia Sheinbaum. La corrección del rumbo que muchos esperaban quedó en nada. Hoy inicia el maximato.
