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Por Pablo Méndez

 

Estamos a unas semanas de iniciar la nueva legislatura del Congreso del Estado. Las fuerzas partidistas definen estrategias de negociación para saber quién presidirá las más importantes posiciones de decisión.

Hay dos grupos fuertes que se perfilan para encabezar la disputa. Uno, conformado por el Partido Verde, quien cuenta con 6 diputados y, el Partido del Trabajo, con 3 legisladores. El segundo bando lo integran el PAN con 6 diputados y el PRI con cuatro.

Luego están los partidos que definen la balanza, Morena con cuatro diputados y, con un legislador por partido, Conciencia popular, Movimiento Ciudadano, Panal y Redes Sociales. En total 27.

El número mágico o, el número ideal para una fuerza legislativa es de 18, que es la cantidad de diputados que requieren, por ejemplo, para una reforma constitucional, para elegir magistrados, consejeros del Ceepac, la propia presidencia del Congreso, entre muchas otras posiciones de gobierno o administrativas.

Es obvio que PAN y PRI difícilmente lograrán la alianza con Morena y los 4 de la chiquillada, para llegar al número mágico 18, principalmente por diferencias ideológicas o porque ya no cuentan con los “recursos” de la administración estatal para “convencer”.

Por otro lado, aún convenciendo a los de Morena y, maiceando a la chiquillada, el bando del Verde y Partido del Trabajo, tampoco alcanzan los 18 diputados. Llegan solo a 17.

Todo esto nos hace ver que no hay nada para nadie. Los diputados del partido en el gobierno electo, si así le podemos llamar a los del Verde, no podrán conformar una fuerza avasalladora como lo ha sido Morena en la Cámara de Diputados federal, con la que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha cometido innumerables excesos.

Nuestro pronóstico es que el bando del Partido Verde se quedaría con la Junta de Coordinación Política, luego de maicear a la chiquillada y lograr el apoyo de Morena vía el líder nacional Mario Delgado. Son dos cosas que tiene a la mano el Verde.

La presidencia de la mesa directiva podría ser rotada, cada año, por el Verde, PAN y Morena, en este orden.

Otro gallo cantaría si PAN y PRI convencen a Morena de hacer equipo y construir un verdadero contrapeso para lograr una productiva y sana actividad legislativa, que realmente beneficie al Estado.

Vamos a ser optimistas y apostar por las cosas buenas.

Por Pablo Méndez Salas

Periodista Periódico REDSL